A partir de ahora

Relatos, poemas y pensamientos


En este nuevo libro encontrarás, como en el anterior (Batiburrillo), historias, esta vez de futuro, poemas de ahora e ideas de siempre, que pienso en voz alta para hacerte sentir cosas diferentes. No hay un estilo propio muy destacado, pues he intentado picar de todos los calderos. Cada página será como una nueva aventura que quizá te haga pensar, mirar la vida con otro prisma e incluso cuestionarte lo que crees saber. No importa el orden que elijas para leerlo, está escrito sin orden ni concierto. Hecho, eso sí, para que sientas algo, para que te sirva de inspiración en tus reflexiones o simplemente para entretenerte un buen rato. Conforme lo vayas leyendo, se irá convirtiendo en pasado y ya solo quedará lo que venga
a partir de ahora.

He sacado la ropa de invierno, que ya empieza a refrescar. Es curioso como todo huele a ti, hasta mi ropa. Ya tengo preparada incluso la manta pequeña del sofá, para cuando vuelvas y podamos seguir con aquella serie de abogados, juicios y trapos sucios… aunque tendremos que volver a ver el capítulo anterior; yo ya no me acuerdo de nada.

Nuevos tiempos

Protésico mental.

San Antorio psiquiátrico.

Dinero, florero, mazo, añil, maño, junco, justo, angosto, sentiende, ocurre, no viene y dí siempre.

Cambio de panes.

Dramas y caballeros.

Máquina de declamar o poetáfono.

Te odio, mi amor.

Me voy a morir y todavía no tengo a quién echarle la culpa.

Sigue en el libro

No soy yo muy partidario de movilizaciones reivindicativas, creo que nunca sirven para nada, pero mi amigo cree que sí. Él ha perdido mucho con la última reforma laboral y la incorporación de los robots esos nuevos, así que, aquí estoy gritando por él.
Me ha dado, no vaya a creer, un documento de autorización, por si por cualquier circunstancia me detuviera la policía, él se haría cargo de pagar la multa correspondiente y cumplir los días de cárcel; si los hubiera. Si las cosas se complicaran más y me dieran algún porrazo, en una carga policial, Marlaska no lo quiera, pues yo en llegar a su casa se los doy, que son suyos.

Sigue en el libro