Relatos, poemas y pensamientos en voz alta.
Mi ópera prima.
He recopilado unos cuantos relatos, poemas y otras cosas raras de mi pensar, en este batiburrillo literario, con el fin de llegar a más personas de lo que lo hacía desde mi blog y a través de mis redes sociales. Muchas cosas, algunos, ya las habréis leído, pero otras no, aun así puede ser tan divertido releerlas como descubrirlas.
No soy escritor ni mucho menos, pero siempre me ha gustado escribir. Creo que desde la tranquilidad de la escritura, las ideas son mucho más claras y se atienen mejor a lo que son en esencia. En ocasiones empiezo a escribir algo que no termino porque ni a mí me convencen las conclusiones a las que llego; si lo hubiera dicho en una tertulia sin la reflexión que me da el hecho de escribir, seguramente me hubiera metido en un jardín desde dónde cuesta salir. Por eso me gusta pensar a mano alzada, en voz alta.
Espero que te entretenga la lectura de este humilde libro. Dejaré algunos fragmentos para suscitar tu interés por comprarlo, cosa que le vendría bien a mi entelarañado bolsillo.
Leeré versos de quita y pon y te devanaré los besos,
de sol a sol
Greguerías
Ramón Gómez de la Serna acuñó esta palabra, greguerías, para referirse a los textos en prosa que presentan una visión personal, sorprendente y a veces humorística, de algún aspecto de la realidad.
EsConde su título nobiliario por vergüenza.
El color de las campanas suele destañir cuando tocan a muerto.
Internet nos lo pone a web-os.
¿Que cante? Si cantara «yo, vería» a cántaros.
Las flores patentan su olor para no repetirse.
Subido en una silla te diré lo que no alcanzo a explicarte.
Para bajar a la calle prefiero subir al descensor.
Complementamente es lo más.
Llevo siempre un rompehielos por si conozco a algún desconocido.
En el cuarto cuarto hay ahora una hora entera.
El café fuerte con un terror de azúcar.
Tenemos que hacer una yincama redonda.
Cándida también se presenta a las elecciones, es candida-ta .
No siempre son estupideces, a veces también son esyopideces.
Sigue en el libro…
Del génesis al apocalipsis
De la nada se hizo la luz y el sonido de mi propio llanto. Aparecieron donde nada había, el calor de María y de José, que pasaron a ser mis padres, a mi imagen y semejanza. Y a lo lejos se hizo el cielo sobre la tierra, como poco a poco la luna y las estrellas. Con el tiempo creé un edén de árboles que nunca antes había existido, con pájaros, ríos y montañas; mi pensamiento, cada vez más complejo, necesitó entonces la ley de la gravedad y la creé, también la fotosíntesis, los peces grandes y los chicos, los campos magnéticos, la termodinámica, los alimentos y la conciencia de la materia que daba forma a mi propio ser. Con cada cosa que creaba, aparecían nuevos retos y nuevas ideas para explicarlas, para justificarlas y dar pie a todas las creaciones necesarias.
Cuando de mi paraíso había escudriñado cada rincón y las feromonas me mostraron a mi media manzana, nos expulsamos de la zona de confort.
Sigue en el libro…
Sin huella
Fui a mirarme en el espejo y no estaba
me busqué en el reflejo del río y nada
miré a mi sombra y no tenía
busqué las huellas de mis pisadas y faltaban
acaricié el rocío y no mojaba
ni el asiento de cuero se templaba
No hallo entre mis recuerdos, legado alguno
ni astilla que se corresponda con este palo
No encuentro entre las fotos ni un mísero retrato
No se escucha el eco de mi voz ni aun siendo gritos
Las palabras que escribo se ocultan en el recuerdo
No tengo Facebook ni Twitter ni apenas tiempo
No creo que me haya muerto…
será que aún no he nacido.